La trascendental.
La alta magia o magia trascendental es la filosofía hermética de los adeptos. Aquí yacen las grandes esferas de la Cábala, el yoga, la meditación transcendental, el taoísmo, y la doctrina de la supremacía de la mente sobre la materia.
La alta magia enseña cómo alcanzar nuestro genio personal, el ángel guardián que vigila cada vida individual y espera fiel y pacientemente para hacer realidad los deseos del hombre. El conocimiento del ángel guardián es en sí un sistema complejo de magia, dado en un antiguo grimorio conocido como El libro de Abramelin el mago. Se cree que este tratado fue escrito en hebreo en el año 1458 por un hombre llamado Abraham el judío, quien lo realizó para el beneficio de su hijo Lamech. De acuerdo a S.L. MacGregor-Mathers, quien tradujo al inglés la versión en francés, el sistema de magia descrito por Abraham el judío en el libro, fue transmitido a él oralmente por un hechicero egipcio conocido como Abra-Melin. El sistema, basado en la Cábala, exige a sus practicantes ubicarse en un lugar lejos del desorden de la vida ordinaria por un período de seis meses. Durante este tiempo el mago debe llevar una vida de abstinencia y pureza total, en combinación con frecuentes ayunos y meditaciones. Al final de este período, el mago realiza una serie de rituales que lo conectaran con su sagrado ángel guardián o “yo superior” Parte de este sistema mágico es también una serie de cuadros mágicos que supuestamente pueden suministrarle al mago todo lo que desee. El método es muy poderoso y, de acuerdo a Abraham el judío y MacGregor-Mathers, bastante peligroso. Si se desarrolla erróneamente puede producir una disociación completa a manera de psicosis severa o la muerte física.
El más famoso de los cuadros es una forma del famoso “Sator, Arepo, Tenet, opera, Rotas,” uno de los pentáculos en el conocido grimorio, The Greater Key of Salomón (La gran clavícula de Salomón). La fórmula de Abraham es un poco diferente, esto es, “Salom, Arepo, Lemel, Opera, Molas”. Se usa para obtener el amor de una doncella. Los dos cuadros difieren también en el hecho que mientras el de Salomón es regido por el planeta Saturno, el de Abraham es gobernado por Venus.
Otro sistema que usa cuadros o cuadrángulos mágicos es el sistema enociano, también conocido como las tablas angelicales. El sistema enociano provee una síntesis de todas las enseñanzas de la orden mágica El amanecer de Oro (Golden Dawn). Antes de aquel mago inicie la práctica de esta famosa orden mágica. Es decir, tiene que estar bien versado en los misterios del tarot, las atribuciones geománticas, el alfabeto hebreo, el árbol de la Vida cabalístico, y las enseñanzas de la Cábala entre otros estudios. Debe también conocer a fondo los famosos rituales del pentagrama y el hexagrama enseñados por la orden, además de las fórmulas de las ceremonias de consagración.
Las tablas angelicales son buenos ejemplos de talismanes. Las llamadas tablas de colorson usadas para alcanzar estados de una conciencia superior. El sistema enociano, que se cree fue originado como el resultado del trabajo mágico del doctor John Dee y Edward Kelly, se considera un método que requiere muchos años de estudio. Aquí también se dan las mismas advertencias relacionadas con el sistema de Abra-Melin. De este modo, el mago es prevenido para que use las tablas con el cuidado pertinente; de no ser así, puede originarse un gran peligro o la desintegración espiritual. Esta expresión, comúnmente encontrada en conexión con las más avanzadas prácticas de alta magia, implica la desintegración total de la personalidad, y las más severas formas de psicosis.
Cuando consideramos que la magia es el desarrollo de las más básicas energías instintivas y psíquicas del inconsciente humano, las advertencias de los magos antiguos y modernos son comprensibles.
A partir de esta discusión podemos ver que el potente sistema de la Cábala, la sabiduría secreta del tarot y los ritos ceremoniales del adepto son todo parte de la alta magia. No hay un pensamiento de gloria o poder personal en la mente del mago que practica alta magia; su interés es la unificación del espíritu y la materia. El adepto tampoco avanza por el camino izquierdo o derecho, como lo hacen quienes practican magia negra o blanca. E adepto, habiendo trascendido el bien y el mal, va por la vía intermedia tanto en cuerpo como en espíritu.