La alta magia y la alquimia son ramas gemelas de un sistema conocido como hermetismo, que a su vez es la expresión de las enseñanzas de Hermes Trimegisto. Este último nombre significa el más grande Hermes, y es el título dado por los griegos al dios egipcio Tot  o Teuti, el señor de la sabiduría y el aprendizaje. Se creía que Tot era el escriba de los dioses y por consiguiente poseía todo conocimiento. Debido a que la sabiduría de Egipto era concentrada en este dios, el nombre Hermes se ubicó en el tope de un extenso ciclo de literatura mística producida a comienzos de la era cristiana. La mayoría de estos trabajos, conocidos como literatura hermética, han desparecido a través de los siglos, pero la tradición dice que toda la sabiduría hermética fue inscrita en una legendaria tabla de esmeralda que incluía, dentro de su enigmática escritura, todo el sistema de magia tradicional y moderna.

El mensaje es corto y lleno de terminología simbólica; su verdadero significado debe ser encontrado dentro de la propia alma del hombre.

Dice así:

Real, sin falsedad, el verdadero, aquel que está arriba es el mismo que está abajo, y lo que está abajo también está arriba, para la realización de los milagros de la única cosa. Y mientras todas las cosas son una, por la meditación de una, todas las cosas nacen de esta única cosa por adaptación. El sol es su padre, la luna es su madre,  el viento lo lleva en su estómago, la tierra lo cuida. Este es el padre de toda la perfección, o consumación del mundo entero. Su poder es de integración, si es dirigido a la tierra.

Deberás separar la tierra del fuego, lo delgado de lo grueso, con gran ingenio y habilidad. Tu trabajo diestro asciende de la tierra al cielo y desciende de nuevo, y recibe el poder de los superiores y los inferiores. Tienes la gloria del mundo entero- por consiguiente deja que toda la oscuridad salga ante  Él-.

Esta es la fuerza más poderosa de todas, que supera cada cosa sólida, sutil y penetrante. De este modo, el mundo fue creado.

Así resultaron todas las adaptaciones maravillosas. Por eso, soy llamado Hermes Trimegisto, tengo las tres partes de la filosofía del mundo entero, lo que tengo que decir es completamente concerniente al funcionamiento del sol.

En el anterior mensaje está la clave de los misterios. Todas las formas de magia pueden trabajarse con la misma fórmula: “lo que está arriba es lo mismo que está abajo….”Macrocosmos es lo mismo que microcosmos. El universo es el mismo Dios, Dios es el mismo hombre, el hombre es equivalente a una célula, la célula es igual al átomo… y así sucesivamente.

“Deberás separar la tierra del fuego, lo delgado de lo grueso, con gran ingenio y habilidad”. Este es el primer principio de lo que los antiguos llamaron hiperquímica o alquimia.

Se ha dicho algunas veces que la alquimia es un intento abortivo y absurdo en la química. La alquimia es una ciencia antigua. En tiempos remotos el hombre estudió el cuerpo, la vida y el espíritu de la naturaleza. Este estudio de su cuerpo llevó al desarrollo de las leyes del orden universal. El conocimiento de su vida produjo una formulación de las leyes de transformación, incluyendo la trasmutación de metales. El estudio de su espíritu guió al poder de la creación. Después del siglo quince el estudio del cuerpo se convirtió en un campo absoluto de la ciencia. El conocimiento de la vida y el espíritu perdió interés y llegó a ser objeto de desprecio por parte de los científicos. La alquimia fue la heredera de estas enseñanzas olvidadas.

Los alquimistas concuerdan con los químicos en que hay una unidad de materia; pero mientras que la química enseña que las partículas atómicas son las unidades más pequeñas, la alquimia menciona una última esencia éter o fluido universal. Los alquimistas piensan que la materia está compuesta de moléculas que a su vez son divididas en átomos, los cuales son formados de éter. Por consiguiente creen que la materia es energía compacta que puede ser disuelta en energía o fuerza libre. Para el alquimista la energía y la materia son la misma cosa, sustancia. Esta sustancia es absoluta, la que Hermes Trimegisto describió en la tabla de esmeralda. Está divida en tres partes: inteligencia o fuerza, energía, y materia.

La alquimia enseña que la materia se compone de átomos idénticos en diversas agrupaciones. Las  diferencias entre los grupos originan las variaciones entre los elementos. El éter, del cual los átomos están compuestos, atraviesa un proceso de evolución. Basados en esta creencia, los alquimistas afirman que es posible transmutar metales, o sea convertir un metal en otro, por ejemplo, obtener oro del plomo. Esto se logra extrayendo ciertos átomos de plomo y reagrupándolos en el diseño atómico del oro, lo cual puede solamente ser realizado con la piedra filosofal, un compuesto químico que pude trasmutar metales simples en oro o plata.

Algunos alquimistas dicen que la piedra filosofal es el nombre simbólico del poder de transmutar materia en espíritu y que no debe tomarse en sentido literal. Los antiguos alquimistas enseñaron todo en acertijos para confundir a los no iniciados y profanos, pero hay algunas autoridades en alquimia que afirman haber visto e incluso trabajado con la piedra filosofal. Van Helmont afirmó que la había observado y tocado, y que parecía un polvo amarillo. Se dice que en 1897 en doctor Stephen H. Emmens, un renombrado alquimista, vendió al gobierno de los Estados Unidos lingotes de un metal que él llamó argentaurum, una mezcla de plata y oro que afirma haber hecho con la piedra filosofal. La teoría del doctor Emmens decía que debido a que el oro en su estado natural es usualmente encontrado en mezcla con diversas cantidades de plata, entonces puede ser transmutado a plata o viceversa, o ambos metales se derivan de otra sustancia. Emmens creía que había encontrado esta tercera sustancia, la cual llamó argentaurum, que es una palabra ideada que significa plata (argent)=oro (aurum). El oro que Emmens produjo fue hecho de plata que tenía al menos un porcentaje de 5/1000 de uno por ciento oro en su composición. La plata fue martillada por mucho tiempo con un mecanismo especial. El calor generado por el martilleo fue sacado con bobinas de dióxido de carbono líquido. El metal producido por este método contenía cincuenta y tres por ciento de oro,  treinta y ocho por ciento de plata, 8, 1/2 por ciento de cobre, y trazas de hierro, platino, plomo y zinc. De acuerdo a sus registros, la oficina “Assay” de los Estados Unidos compro 666 onzas de oro del doctor Emmens en 1887, lingotes avaluados por el mercado actual en cerca de US$50.000.

Emmens fue un famoso científico, matemático, inventor, poeta y novelista, que por algún tiempo sirvió como asesor del gobierno de los Estados Unidos, e inventó un nuevo explosivo llamado emensita, para uso del ejército norteamericano. El conocido científico británico Sir William Crookes duplicó los experimentos de Emmens exitosamente a finales del mismo siglo.

Hay un vínculo intrínseco entre la alquimia y la Cábala, la cual enseña también una doctrina unitaria. Al igual que la alquimia, la Cábala observa tres planos en la naturaleza-El metal, el astral y el material-. La ciencia hermética, que está basada en la Cábala, da sus claves cabalísticamente. Así el alquimista, un mago hermético, basa su trabajo físico y espiritual en la Cábala, particularmente en el tarot, conocido además como libro de Tot, quien como hemos visto fue Hermes Trimegisto.

El tarot es la presentación simbólica de la Cábala. Su baraja de cartas se divide en setenta y ocho ilustraciones alegóricas del hombre y el cosmos, las cuales son a su vez clasificadas en dos grupos conocidos como arcanas mayores y arcanas menores. Las primeras suman veintidós cartas, las cuales en alquimia se dividen en tres ciclos. Las arcanas del uno al siete simbolizan los principios de la alquimia;  desde el ocho al catorce representan las disciplinas que el alquimista debe seguir en su preparación para el  “gran trabajo” (obtener oro de metales más simples). Las últimas arcanas, del quince la veintidós, simbolizan la practica real de la alquimia.

Los tres fundamentos de la alquimia son la piedra filosofal, la panacea universal, y la palingenesia. Hemos visto que la piedra filosofal es la  sustancia con la cual el alquimista transmuta metales más  simples en oro. Esta misma sustancia es llamada el elixir o la panacea universal, y cuando es ingerido se convierte en un sanador universal. La palingenesia es el método usado por los alquimistas para crear un ser viviente animal o humano, conocido también como homúnculo.

La mayoría de las pretensiones de los alquimistas pueden ser desarrolladas por la ciencia en un laboratorio, pero hay una diferencia básica. El alquimista no sólo realiza sus trabajos sin la ayuda de equipo técnico avanzado, sino que también conduce sus experimentos  tanto en el mundo físico como en el espiritual.