Zoroastro.

La india, según la tradición cabalística, fue poblada por los descendientes de Caín; después llegaron los hijos de Abraham y de Centurah. Hay quien afirma que la India es el clásico país de los prestigios; que la magia negra se perpetuó bajo el esquema original del fratricidio y que es el motivo de todas las idolatrías; que precisamente allí los dogmas de los gimnosofistas, aun presentándose como la clave de la suprema sabiduría, dieron lugar al embrutecimiento y a la muerte. Según esta teoría, la desmesurada riqueza del simbolismo indio, a pesar que se podría suponer que fue anterior a los demás aparece, en cambio, como un árbol que ha sido florecido por una serpiente infernal anidada en sus raíces.

Se encuentra los números sagrados, los cálculos proféticos de los magos. Los gimnosofistas y los demás sabios, según esta interpretación, se nutrieron con los dogmas del falso Zoroastro, es decir, del negro, que dominan gran parte de la teología india, cuyas bases están  formadas por el panteísmo y por el materialismo más absoluto, tomando las apariencias de una completa negación de la materia.

Consecuencias: la destrucción de todo tipo de moral. No subsiste virtud en un mundo en el cual todo es divino. El gran ritual mágico (o libro del ocultismo, Oupnek´bat) enseña los medios físicos y morales para llegar de forma gradual a la locura, que es llamada en la India “estado divino”.

El Oupnek´bat es anterior a todos los libros de magia y es el monumento más extraño de toda la antigüedad goecia. Está dividido en cincuenta secciones; se encuentra en él sentencias sublimes mezcladas a algunas creencias incalificables. Primeramente, se recomienda a los estudiantes de magnetismo el estudio de los misterios: se aprende el método más conveniente para conseguir el éxtasis, que consiste en fijar con los ojos la punta de nuestra propia nariz, permaneciendo en esta posición hasta la convulsión del nervio óptico. Existen otros métodos, pero se trata de unas prácticas muy dolorosa y dañinas, por tanto, nada aconsejables; de todos modos, son capaces de producir, en un lapso de tiempo, que depende de la sensibilidad de cada individuo, el éxtasis, la catalepsia y también el desvanecimiento letárgico.

Se puede definir el arte de la magia negra como el arte de provocar la locura, tanto de sí mismo como de los demás; esta locura es artificial. Además, hay que decir que esta ciencia es ciencia  también del envenenamiento. Muy pocos saben que se puede llegar a morir por congestión o por una carga fulminante de luz astral, cuando, mediante una serie de horribles ejercicios se consigue transformar el propio sistema nervioso (ya preparado a todo tipo de cansancio y de tensión) en una especie de pila galvánica viviente, capaz de condensar y de proyectar con una  fuerza tremenda el rayo que fulgura.

El Oupnek´bat  contiene una infinidad de secretos mágicos. Pero se debe tener presente que mientras el gran arcano de algunos magos es una moral absoluta(es decir, que se dedican exclusivamente a las obras del bien), el arcano del Oupnek’bat es una inmortalidad absoluta llena de fatalidad y de destrucción.

Otros estudiosos dan sobre el simbolismo indio teorías contrapuestas. De entrada, estos estudiosos creen que de él proviene el descubrimiento de que el ser está compuesto por dos entidades: la entidad física visible, constituida por las células germinales (sede del instinto de conservación y de la perpetuidad de la raza), y la entidad física invisible, de la cual dependen las células nerviosas y que es, en definitiva, la que constituye el receptáculo del espíritu. Es decir, el ego de los hindúes, inmutable, con raíces en el plano cósmico y que es una manifestación del principio único.

Los monjes hindúes afirman que estos centros de fuerza son siete:

  1. La base de la columna vertebral, que emite cuatro rayos;
  2. El plexo solar, que emite diez;
  3. El bazo que emite seis;
  4. E l corazón del que parte doce rayos;
  5. La glándula tiroidea, de la que parten dieciséis rayos;
  6. La glándula pituitaria (llamada tercer ojo), de la que parten noventa y seis rayos;
  7. La glándula pineal, situada en la cabeza: el chakra más elevado, llamado por los orientales “loto de mil pétalos”, a través de los cuales se evade la entidad psíquica, la muerte o en casos de desdoblamiento del ser (a menos que estas evasiones no tengan lugar con el plexo solar).

Glándula pineal o plexo solar; éstas son la dos únicas salidas de la entidad psíquica, subdividida en tres cuerpos: fluido o etéreo espiritual y mental. La parte espiritual, según afirmación de los hindúes, es la partícula divina existente en cada criatura humana.