Osiris es uno de los dioses más importantes y conocidos de la mitología egipcia. Es conocido como el dios de la muerte, del inframundo y de la resurrección, y es el símbolo de la fertilidad y la regeneración. También es considerado como el dios de la vegetación y la agricultura.

Osiris está asociado con la vida después de la muerte y se cree que es el juez de las almas de los muertos. La leyenda cuenta que fue asesinado y desmembrado por su hermano Seth, pero su esposa Isis logró reunir sus partes y revivirlo, lo que lo convierte en el símbolo de la vida después de la muerte.

Es generalmente representado como un hombre momificado y de pie, llevando una corona blanca del Alto Egipto con dos plumas de avestruz a los lados. En sus manos suele sostener el cetro ‘Heka’ (símbolo de poder) y el látigo ‘Nekhakha’ (símbolo de autoridad). Su piel puede ser verde, simbolizando la vegetación y la vida, o negra, representando la fertilidad del limo del Nilo.

La imagen de Osiris como juez de las almas muertas continúa siendo un componente central del juicio en el más allá en la religión egipcia. Este dios era adorado en todo Egipto y su culto continuó siendo importante hasta el período romano.