“Lo que usted desee, cuando ora creyendo que lo recibe, y usted lo recibirá”. Marcos ll:24. Observe la diferencia en los tiempos gramaticales empleados. El escritor inspirado nos dice que debemos creer y aceptar como ciertos los hechos de que nuestro deseo se ha cumplido ya en su totalidad y que su realización seguirá como un hecho en el futuro inmediato. El éxito de esta técnica depende de la convicción de que el pensamiento, la idea, es ya un hecho en la mente. Para que algo tenga sustancia en la mente, se debe pensar en ello como si en realidad existiera allí.

Aquí unas pocas palabras constituyen la direccional específica y concisa para hacer uso del poder creativo de los pensamientos gracias a la impresión que ellos hacen en la mente subconsciente.

Sus pensamientos, sus ideas, planes, propósitos, son tan reales como su mano o su corazón. Siguiendo la técnica bíblica deben eliminarse todas las contingencias adversas. Usted debe plantar la semilla o el concepto, en la mente, el cual usted no cambia germinará infaliblemente en frutos externos.

La primera condición en la cual Jesús insistía era en la fé: “De acuerdo con tú fé así recibirás”. Si usted siembra ciertas semillas en la tierra, es porque tiene fé en su desarrollo como debe ser. Confiando en las leyes de la agricultura sabemos que de las semillas plantadas crecerán las plantas correspondientes.

La fé es una manera de pensar, una actitud de la mente, una certeza interna, sabiendo que la idea que usted acepta de manera total en su mente consciente crecerá envuelta en su mente subconsciente y hecha manifiesta. La fé es, en cierto sentido, aceptar como verdadero aquello que no vemos o aquello que la razón y los sentidos les pueden negar.

Un ejemplo clásico de la Biblia lo tenemos en San Mateo 9:28-30 “Y cuando él entro en la casa el ciego se aproximó: ¿y Jesús les dijo, creéis que yo soy capaz de hacer esto? Ellos le dijeron, Sí Señor, entonces tocó sus ojos diciendo, de acuerdo a tu fé así sea en ti”,

Usted se da cuenta que Jesús estaba llamando a los poderes de la mente subconsciente del hombre ciego, al tratar de hacerle ver. Su fé era su gran expectación, su sentimiento interno, su convicción interna que algo milagroso iba a ocurrir y que sus plegarias serían contestadas y así fue. Esta es una técnica a la cual se le ha dado crédito desde hace muchísimo tiempo, muy utilizada para curar inclusive por numerosos grupos que curan en el mundo cualquiera que sea su religión.

En las palabras “que ningún hombre lo sepa”, dichas al ciego recién curado se comprende que no debían contarlo a nadie, evitando así exponerse a las críticas escépticas de los no creyentes porque equivaldría a deshacer los beneficios recibidos.