La mano debe ser observada como una especie de pentáculo, como un símbolo que la naturaleza nos da para descifrar; pero no debemos buscar en ella certezas absolutas. El obstáculo para la dimensión de la quiromancia yace en la falta de confianza de muchos y en las exigencias de quienes quieren conocer su futuro con precisión y detalles específicos.

Recordemos también que las líneas de la mano se trazan en ella cuando nacemos, son modificadas a medida que envejecemos como resultado de cambios ocurridos en nuestra existencia, o actos voluntarios con los que hemos frustrado nuestro destino. La quiromancia sirve para probar la voluntad libre cuando el razonamiento falla.

Los antiguos encontraban en la mano los siete “depósitos” de influencia astral (Desbarolles los relacionó con un fenómeno magnético) que corresponden a los tipos de los siete planetas que conocían. De este modo, observaron que en los venusianos la raíz del pulgar siempre era fuerte y rayada; el jupiteriano tenían las mismas características en la base del índice, y así sucesivamente de acuerdo a estas influencias celestiales.

En la base de los dedos notaron una pequeña protuberancia carnosa (0 depresión carnosa). Estas protuberancias son llamadas montes (montes de venus, de júpiter, etc.).

Los antiguos también descubrieron que las líneas de la mano correspondían a la construcción de nuestro ser. Por medio de miles de observaciones y notas, durante muchos siglos, se han establecido la correspondencia que existe entre las cualidades y habilidades del individuo frente a la longitud, profundidad, color y trazado de las líneas de la mano.

Po consiguiente es necesario, en la quiromancia, observar todas las características de la mano: tamaño, forma, temperatura, color predominante, sus montes, sus líneas y direcciones, la longitud y forma de los dedos, la apariencia de las uñas, las partículas en la piel, y señales especiales tales como cuadrados, círculos, estrellas, puntos, cruces, etc.

Todos estos elementos son útiles, y si después de haberlos empleado queremos traducirlos astrológicamente, podemos con Jagot clasificarlos de la siguiente manera, lo cual nos dará una indicación tipológica:

Mano solar: Elegante, bien proporcionada, ligeramente limonada.

Mano marciana: Grande carnosa, roja.

Mano seleniana (o lunar): Suave con dedos redondos.

Mano mercuriana: Delgada, con dedos puntiagudos.

Mano venusiana: Gorda, rosada con fondo blanco, corta, con dedos cónicos.

Mano jupiteriana: Fuerte, bien cubierta, uniformemente rosada.

Mano saturniana: Larga, huesuda, delgada, oscura.

Mano terrícola: Burda, con dedos cuadrados o espatulados.

Por supuesto, con todas las posibilidades combinadas.