¿Desea dejar de fumar o beber? ¿Quiere conservar su matrimonio, tener un hijo, o conseguir un empleo? Si desea cualquiera de estas cosas u otras igualmente positivas, la magia blanca podría ser  el medio para conseguirlas. Por otro lado, si lo que quiere es hacerle daño a un enemigo, destruir cultivos, ocasionar una guerra, o matar a un niño que va  a nacer, el negro es el color que se ajusta a su magia. Uno de los factores decisivos en la determinación del tipo de magia que se usará en un asunto específico es la intención del mago. Si sus intenciones son positivas, la magia puede ser catalogada como blanca; si el enfoque  es negativo, la magia es considerada negra.

En realidad es muy fácil categorizar la magia y asignarle un color predeterminado. Sería más preciso decir que la magia es simplemente un poder dirigido de un color neutro. Muchos magos condenarían el uso del poder para efectuar cambios en el orden normal de las cosas, como una usurpación de las leyes de la naturaleza. Para estos magos tal abuso de poder implica magia negra.

Para entender mejor cuándo los términos magia blanca y magia negra se ajustan en el esquema mágico, deberíamos empezar por observar los diversos tipos de magia. La magia, como hemos visto, es la ciencia tradicional de los secretos de la naturaleza. Por muchos siglos fue mantenida celosamente en secreto, lejos de las masas, ya que los iniciados y adeptos temían que el cuerpo esotérico de la sabiduría natural, encarnando en la magia, podría ser degradado para propósitos nefarios por parte de un no iniciado. Los verdaderos y asombrosos poderes que pueden ser desarrollados para un uso adecuado de las fuerzas naturales,  podrían también dar como resultado un orgullo autodestructivo si una persona no tiene un control total de dichas energías, y es incapaz de plasmarlas en su personalidad.

El mago nunca duda que la magia es la más importante de las ciencias, Jollivet-Castellot, un alquimista y filósofo, dice acerca de la magia como ciencia: “la magia no es, como piensan la mayoría de los individuos que la desconocen, la negación de la ciencia; todo lo contrario, magia es precisamente ciencia con síntesis, casi una ciencia integral, sus horizontes son lo  absoluto, y lo infinito está unificado… En realidad, magia es el conocimiento de la acción y combinación de las fuerzas del universo, el estudio del comportamiento de tales energías, su evolución”….

El esquema complejo de la magia, a menudo conocido como ocultismo, es la ciencia de los antiguos filósofos, quienes fueron llamados “magi”. Este término del cual se origina el nombre magician (mago), es la forma plural de magus, que significa sacerdote, sabio y excelente. Tal vez lo más famosos magi fueron los tres reyes legendarios  que vinieron a adorar al niño Jesús en Belén. También pertenecían a la tradición de los magi Moisés, Salomón, Merlín, Hermes Trimegisto, Raymond Lully, Apolonio de Tiana y Alberto el Grande. En tiempos más recientes hombres como Stanislas de Guaïta, Eliphas Lévi, Papus, y Crowley se unieron a la fila de magos. Las mujeres también fueron admitidas a los misterios; Madame Blavatsky y Dion Fortune son dos nombres bastantes conocidos en la magia moderna.

Como hemos visto, las ciencias ocultas florecieron por todo el antiguo mundo. Fueron practicadas en Persia, Grecia y Etruria; además sobrevivieron al nacimiento del cristianismo y su posterior persecución de hechiceros y magos. Es bien sabido que cuando un culto domina a otro, los ritos secretos de la fe desplazada se convierten en la magia prohibida del sistema imperante. Igualmente, los dioses del culto anterior son luego los demonios del nuevo. Así, vemos que los Devas o divinidades del Veda se convierten en los Daevas o demonios del Avesta, de la misma forma que los dioses de los panteones romanos y griegos llegaron a ser los diablos de las iglesias cristianas.

Sin embargo, hubo una gran diferencia al comienzo del cristianismo. Durante este período fueron formadas diversas sectas, las cuales incorporaron antiguas creencias de ocultismo en un cuerpo de conocimiento conocido como gnosis, la verdadera fe en Dios. Los gnósticos surgieron en el siglo tercero en las escuelas de Alejandría; entre ellos se incluían Porfirio, Plotino e Iamblico. La gnosis proclama que la materia era mala y que la purificación del espíritu sólo podía lograrse a través de la fe en Dios.

El término gnóstico es derivado de una palabra griega que significa “conocer” se relacionaba con el término hechicero(a), que significa “aquellos que conocen”, además implica conocimiento. Las doctrinas del gnosticismo abarcaban la magia secreta de los antiguos hindúes, babilonios y egipcios, e intentaron crear una síntesis completa de estas creencias con los credos cristianos, la astrología, la alquimia y la cábala judía. Hay poca duda de que derivaron gran parte de su conocimiento de Alejandría y que también fueron influenciadas hasta cierto punto por el mitraísmo. Fueron muchas las  sectas gnósticas; la mayoría de ellas involucraban la práctica de artes mágicas como la astrología y los exorcismos, además del uso de hechizos y talismanes.

Fue Iamblico quien marcó la diferencia entre lo que hoy día conocemos como magia negra y magia blanca. Usó el término teúrgia para definir magia blanca o positiva. La teúrgia, o interrelación con los espíritus celestiales, vendría a ser la negación de Goetia, o magia negra, que representa la interrelación con los espíritus infernales.

Cuando hablamos de diferentes tipos de magia lo que tratamos de hacer es separar ese enorme cuerpo de conocimiento en sus diversos aspectos. Esto ha sido intentado por muchos ocultistas en el pasado. Por ejemplo, Bosc de Veze, en su Little Synthtic Encyclopedia of Occult  Sciences, divide la magia en cuatro partes:

  1. Magia natural: La habilidad para desarrollar ciertos actos mágicos por medio de un conocimiento más profundo de las leyes de la naturaleza. Esta fue la magia de Hermes Trimegisto y Zoroastro.

Dentro de ella yacen ocultos los secretos de la Cábala.

  • Magia matemática: El conocimiento avanzado y minucioso de las leyes mecánicas. Esta fue la magia de Alberto el grande.
  • Magia perniciosa: Tratar con filtros, pócimas, o metamorfosis. Fue la magia de Agripa, Circe y Medea.
  • Magia ceremonial: La más temerosa de todas, provee una interrelación con ángeles y demonios. Esta es la magia de la hechicería, el satanismo y el ocultismo trascendental.    

La magia también ha sido dividida en los métodos exotéricos y esotéricos. El exoterismo es la parte de la magia fácilmente disponible  al público en general  en forma de cuentos de  hadas, narraciones bíblicas y leyendas, además de diseños  simbólicos tales como los pentáculos, mandalas y diagramas mágicos. El esoterismo es el conocimiento  secreto en la magia que fue transmitido oralmente a través de los siglos. Para ejemplificar tales definiciones podemos usar la historia bíblica de la creación del universo.

La parte exotérica de la narrativa bíblica nos dice que Dios creó el hombre y el universo en seis días. El aspecto esotérico de la historia va más allá; nos dice que al comienzo Dios, como el principio no manifestó, decidió mostrar su esencia en el mundo material. Primero formuló un plano mental de la creación (vea el primer capítulo del Génesis);  luego se unió con el principio femenino y desde dicha unión surgió la creación real (segundo capítulo del Génesis).

Es innegable que la magia tiene aspectos esotéricos y exotéricos; sin embargo, no son suficientes para determinar las cualidades  intrínsecas de las ciencias ocultas. Para nuestros propósitos, la categorización más definida de la magia se divide en tres partes: magia baja, alquimia y alta magia.