Dijimos anteriormente que la magia es una ciencia, una afirmación sostenida por la actitud del mago hacia la naturaleza y el universo. La observación y utilización de las leyes naturales son, como hemos visto, aspectos importantes de la magia, y el mago está siempre tratando de adaptar su práctica de magia a los ritmos perennes de la naturaleza. Por ejemplo, las mareas en los océanos  son identificadas con la vida del hombre, los animales y las plantas. La marea alta  es vista como un símbolo de prosperidad, mientras que la marea baja se considera un emblema de debilidad, fracaso y muerte. Esta creencia puede observarse en la antigüedad; Aristóteles pensaba que ninguna criatura viviente podía morir, excepto en tiempo de marea baja. Los  granjeros bretones expresaban la misma creencia en su convicción que el trébol crece solamente cuando la marea está alta y que la mejor mantequilla se hace también durante la marea alta. Shakespeare usó este antiguo mito cuando  hizo que Bruto dijera en Julio Cesar, “hay una marea  en los asuntos de los hombres, seguir su curso conduce a la fortuna”.

El mago sigue esta observancia tradicional de las mareas durante sus trabajos, y rara vez intenta un ritual mágico de creación durante la marea menguante. Las fases de la luna son de importancia en la magia, la luna creciente es identificada con los trabajos de la creación y magia blanca, y la luna menguante con trabajos de destrucción o magia negra.

Los granjeros y jardineros también observan cuidadosamente los movimientos de la luna antes de sembrar y cosechar. Más recientemente, los criminólogos han encontrado una correlación entre la luna llena y los crímenes violentos y pasionales.

Las leyes de gravedad, cohesión y adhesión, polaridad, refracción y difracción además de los cambios de estaciones, están entre los aspectos de la naturaleza observados y usados por el mago en sus ritos. Desviarse de cualquier forma de las leyes naturales es una de las cosas prohibidas en la magia. En orden de evitar esto, el mago debe entonces  estudiar cómo funciona la naturaleza. El estudiante serio de lo oculto es usualmente bien versado en ciencias físicas y biológicas. Incluso el mago primitivo, aunque carente de conocimientos científico de sus colegas más sofisticados, es cuidadoso en la observancia de los ritmos naturales.