La aparición de los naipes en España es tardía. Hace muchos años los egipcios o los chinos ya utilizaban varios tipos de cartomancia y practicaban una antigua adivinación. En la India, las cartas presentaban las diez encarnaciones de Vishnú. Todo parece indicar que las cartas se introducen en Europa procedentes de los países sarracenos, eso es, por lo menos, lo que Viterno  explica en 1379.

La cartomancia se menciona en España por primera vez en el siglo XV a través del libro tratado de las especies de Adivinación del obispo Lope Barrientos. También las ordenanzas de la Orden de la Banda prohibían a sus caballeros el juego de naipes, y Juan l hizo extensiva esta prohibición  a sus Estados. También tenemos que recordar aquella leyenda que asegura que los naipes se inventaron para distraer a Carlos Vl de su locura, y como prueba de esta aseveración se muestra una baraja de finales del siglo XlV cuya pertenencia se atribuye a este rey, y que se expone históricamente en la biblioteca Nacional de París.

La aparición de la Baraja Española está íntimamente ligada a la baraja francesa. Tras el invento francés de una baraja representada por picas, tréboles, diamantes y corazones, durante el reinado de Carlos Vll, surgen los naipes españoles, consideradas las primeras cartas de puntuación (del 1 al 10), que comprendían cuatro grupos: copas, espadas, oros y bastos. Estos signos también eran alusivos, en este caso al clero, la nobleza, los comerciantes y los campesinos.

Mientras que la baraja española se componía de cuarenta y ocho cartas, la francesa era de cincuenta y dos, y la inglesa de cincuenta y seis. Franceses e ingleses han utilizado la misma representación: corazones, diamantes, picas y tréboles; los alemanes ilustraron sus cartas con cuatro palos representados por cascabeles, corazones, hojas y bellotas. Y los españoles, como ya hemos dicho por espadas, oros, copas y bastos.

Creemos que la representación de los palos de la baraja española es la que está más cargada de simbolismo, la tiene más fuerza y capacidad de potenciar estados interiores de conciencia.

Hoy la baraja española no está siendo utilizada plenamente en los métodos adivinatorios, pero ello no es  porque no sirva para ello, sino porque la moda impuesta por Visconti Sforza en el siglo XV, Etteila o Julio Orsini en la utilización del Tarot de Marsella se impuso sobre el resto de los naipes europeos, alegando su antigüedad, pero como veremos por la simbología de la baraja española en el próximo capítulo, los elementos que la componen son tan antiguos o más que los elementos que aparecen en la baraja del Tarot de Marsella, al que se le atribuye su origen en el antiguo Egipto.

Pero, ¿no existía mucho antes el oro y se utilizaba como pieza de intercambio? ¿No bebían los hombres de civilizaciones anteriores en copas de barro o cráneos humanos? ¿No se utilizó el garrote como arma defensiva en los más primitivos tiempos? ¿No existía la espada cuando surgió el Antiguo Egipto?

Aún veremos más, como esos palos de la baraja española tienen un profundo simbolismo, al margen de las interpretaciones que nosotros les queremos dar para trabajar en el arte de la adivinación.