Las dominaciones (del latín dominationes; a su vez traducción del griego κυριότητες, kyriotētes), también dominios o señoríos, son el cuarto de los nueve coros angelicales dentro de la segunda jerarquía de ángeles conforme a la angióloga cristiana.

Origen bíblico

El término dominaciones es una traducción del latín dominationes usado por la Vulgata latina para traducir del griego bíblico las palabras κυριότητες (kyriotētes) y κυριότητος (kyriotētos), plurales del sustantivo kyriotēs que significa «poder o posición como señor«, cuya raíz κυριός, significa «señor».Κyriotētes es empleado en dos ocasiones en el Nuevo Testamento, dentro de las cartas paulinas, para referirse a la jerarquía angélica, la primera en Efesios 1, 21 y la segunda en Colosenses 1, 16:

Según la fuerza de su poderosa virtud, que El ejerció en Cristo, resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra en los cielos, por encima de todo principado, potestad, poder y dominación y de todo cuanto tiene nombre, no sólo en este siglo, sino también en el venidero.

Efesios 1, 19 – 21 (Versión griega del Codex Vaticanus)

«Porque en Él fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles; los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creado por El y para El.»

Colosenses 1, 16

En ambos casos, san Pablo refiere a este tipo de ángeles en el listado de poderes sobrenaturales sometidos a Jesús para enfatizar su poder y su posición como Señor de todo lo creado, ​ empleando términos comunes para autoridades civiles de su tiempo, al punto de que se ha llegado a dudar de si el término refiere verdaderamente a los ángeles o las potestades humanas.

 Las dominaciones no aparecen en el listado de jerarquías espirituales señalado en la Carta a los Romanos 12, 2, que se limita a enumerar a los ángeles, principados y potestades; mientras que en Efesios 3, 10, aún más breve solamente nombra «a los principados y potestades de los cielos«.​

Textos no canónicos y extra bíblicos.

Clemente de Alejandría  en su obra Stromata  (V, 11.77.2) cita un fragmento de un apócrifo seudoepígrafo judío, el Apocalipsis de Sofonías, datado hacia el siglo II d.C., ​ donde se describe que el profeta es arrebatado al quinto cielo donde habitan unos «ángeles llamados ‘señores’ (κυρίους) que cantan himnos a Dios.», que podría ser el antecedente del kyriotētes paulino.

Otro seudoepígrafo, el Testamento de Adán, fechado entre el siglo II y V d.C., posee un capítulo denominado como Jerarquía, el cual, no obstante, solo aparece en un manuscrito siríaco (Vatican Syriac MS 164) de los cinco en los que se conservan este escrito. ​ En este apócrifo se describe a las dominaciones como el sexto orden de los nueve que describe, posterior a los poderes y anterior a los tronos, querubines y serafines; se les señala como los ángeles que «rigen sobre los reinos y tienen en sus manos la victoria o la derrota en batalla» y, haciendo referencia a al pasaje bíblico de Zacarías 1, 8, los describe como «jinetes montando caballos rojos«.​ Si se lograra determinar un origen judío de este escrito, probaría la existencia de la creencia en estos seres angélicos entre la comunidad judía de la época que antecedería a las menciones neo testamentarias.

Las Constituciones Apostólicas (VII, 35, 3), también contienen una mención a las dominaciones, en una oración dedicada a la providencia de Dios sobre sus creaturas: «y las otras multitudes de las órdenes, ángeles, arcángeles, tronos, dominios, principados, autoridades y poderes claman en voz alta y dicen: ‘Bendita sea la gloria del Señor en su lugar‘.». No obstante podría tratarse de una mera cita de Colosenses 1, 16.