Su mente subconsciente nunca envejece. No tiene tiempo, ni edad ni fin. Es una parte de la mente universal divina que nunca ha nacido y nunca morirá.

La vejez o fatiga no pueden predicarse como alguna cualidad o poder espiritual. La paciencia, la bondad, la veracidad, la humildad, la buena voluntad, la paz, la armonía y el amor hacia los demás son atributos y cualidades que nunca envejecen. Mientras usted continúe generando estas cualidades sobre el plano de esta vida, siempre tendrá un espíritu joven.

Recuerdo haber leído, hace algunos años, un artículo en una revista en donde un grupo de eminentes médicos de De Courcy  Clinic, Cincinnati, Ohio, informaban que no sólo los años eran responsables de nuestros desórdenes degenerativos. Estos mismos médicos establecieron causas, tales como: miedo al tiempo, no al tiempo en sí mismo, sino al dañoso efecto del envejecimiento en nuestras mentes y cuerpos; el temor neurótico de los efectos del tiempo podría muy bien ser la causa del envejecimiento prematuro.

Durante mis muchos años de vida pública he tenido la oportunidad de conocer las bibliografías de hombres y mujeres famosos que han continuado sus actividades productivas después de los años establecidos como útiles. Algunos obtienen su esplendor en la vejez. Al mismo tiempo, he tenido el privilegio de encontrarme y conocer innumerables personas comunes y corrientes que, en su reducida esfera, pertenecen a los endurecidos mortales que han probado la vejez en sí mismos sin destruirles ni la mente ni el cuerpo.

Envejeció a través de su vida mental.

Hace pocos años visité a un viejo amigo en Londres, Inglaterra.

Tenía más de ochenta años de edad, muy enfermo y obviamente se debía a su avanzada edad.

Nuestra conversación me reveló su debilidad física, su sentido de frustración y la deterioración general al acercarse al final de su vida.

Su queja consistía en que era un inútil y que nadie esperaba nada de él; con una expresión de desesperanza traicionaba su falsa filosofía:

“Hemos nacido, crecido, envejecido, sin servir para nada y esto es el final”.

Esta actitud mental de futilidad y vileza era la razón primordial de estar enfermo. Miró el futuro solo como la senectud y después de esto nada. En realidad, había envejecido a través de su vida mental y la mente subconsciente había hecho realidad toda la evidencia de su pensamiento habitual.

La edad es el principio de la sabiduría.

Desafortunadamente, muchas personas tienen la misma actitud de este infeliz hombre. Temen lo que llaman “vejez”, el final y la extinción, con lo cual realmente expresan su temor a la vida. Sin embargo, la vida no tiene final. La edad no es el paso de los años, sino el amanecer de la sabiduría.

La sabiduría es el vigilante del tremendo poder espiritual de su mente subconsciente y el conocimiento de cómo aplicar estos poderes para llevar una vida abundante y feliz.

Elimine la idea, una vez por todas, que tener más de sesenta y cinco años de edad es sinónimo de su exterminio o cualquier otra cosa. Puede ser el comienzo de un prototipo de vida mucho mejor, más productiva, gloriosa, fructífera, activa.

Reciba bien el cambio.

La vejez no es un hecho trágico. Lo que llamamos envejecimiento es realmente un proceso de trasmutación. Recíbala con alegría y placer, así como cada fase de la vida humana es un paso avante en el interminable camino de la existencia.

El hombre tiene poderes que trascienden sus potencias corporales. Tiene sentidos que trascienden los cinco sentidos físicos.

Los investigadores han hallado hoy, evidencia indiscutible, de algo en el hombre que puede dejar su cuerpo presente y viajar miles de kilómetros para ver, oír, tocar y hablar a las personas aún  cuando su cuerpo físico nunca deje el sillón donde está reclinado.

La vida en el hombre es espiritual y eterna. Nunca necesita envejecer pues el principio vital o vida divina no pueden envejecer. Dios es la vida, la vida se renueva a sí misma, es eterna, indestructible y es la realidad de todos y cada uno de los hombres.

Evidencia para sobrevivir.

La evidencia reunida por las sociedades de investigación físicas tanto en Gran Bretaña como en América es abrumadora. Usted puede ir a las grandes bibliotecas metropolitanas e investigar en los volúmenes The Proceedings of the  Phychical Society los ensayos y hallazgos sostenidos por eminentes científicos sobre la supervivencia en el más allá o de lo que continúa a lo que llamamos muerte. Usted podrá encontrar un punto de comienzo sobre la realidad de la vida después de la muerte en “El caso para

 La vida es

Una mujer le preguntó a Thomas Edison, el sabio electricista:

¿Señor Edison, qué es la electricidad?

El contestó: señora la electricidad es, ¡ úsela!

Electricidad es el nombre que le hemos dado a un poder invisible que no hemos podido comprender, sin embargo hemos aprendido todo lo que hemos podido sobre el principio eléctrico y lo usamos en diferentes formas.

Los investigadores no han visto un electrón con sus ojos y aceptan su existencia como un hecho científico, por cuanto es la respuesta válida que coincide con otras evidencias experimentales.

Supervivencia síquica” de Hereward Carrington, Director del American Psychical Institute.

No podemos ver la vida. Sin embargo, sabemos que estamos vivos. La vida es y nosotros aquí para expresarla en todo su esplendor y belleza.