Merlín es el nombre de un mago que vivió, presuntamente, en Britania durante el siglo V. Es una de las figuras centrales del ciclo artúrico. Es el viejo más famoso de la historia europea, e inspirador de muchos magos de la literatura universal.
Biografía
La historia de Merlín está repleta de misterios y como su vida está relatada principalmente por obras literarias, o de poco valor histórico, se hace difícil señalar la fecha exacta de su nacimiento o de su muerte.
Según algunas leyendas, Merlín fue engendrado por un demonio, un espíritu corrupto que se unió ilícitamente a una monja. En algunas obras la madre de Merlín no es una monja, sino la hija célibe de un rey menor de Gales del Sur, aunque también se menciona a una bruja del bosque. Otras versiones sugieren que Merlín fue concebido por su madre sin ninguna intervención masculina. Finalmente, otros creen que lo engendró la fuerza mágica de la antigüedad. Por otro lado una versión más apegada a la historia dice que Merlín, o Myrddin Emrys en galés, fue hijo no reconocido de uno de los reyes de Britania: Aurelius Ambrosius, hermano mayor de Julyvan.
En todo caso, parece ser que Merlín fue creado al principio para atraer a los humanos al lado oscuro que toda persona guarda, pero al crecer decidió hacer precisamente lo contrario: se convirtió en guía espiritual de su época, y en consejero de diferentes reyes, como el usurpador Vortigern, Aurelius Ambrosius, Uther Pendragon y el rey Arturo de Camelot.
Se considera a Merlín el mago más poderoso de la epopeya artúrica. Según se cuenta en las diferentes obras literarias que lo tienen de protagonista, era capaz de hablar con los animales, de cambiar de forma, de hacerse invisible, y también de controlar el clima y los elementos, aunque estas habilidades las empleaba con sumo cuidado para no enfurecer a la naturaleza, la «diosa más poderosa». En la novela medieval Lancelot y Ginebra se contaba de él lo siguiente: «Conocía la esencia de todas las cosas, su transformación y su renovación, conocía el secreto del Sol y de la Luna, las leyes que rigen el curso de las estrellas en el firmamento; las imágenes mágicas de las nubes y el aire; los misterios del mar. Conocía los demonios queenvían sueños bajo la Luna. Comprendía el grito áspero de la corneja, el volar cantarín de los cisnes, la resurrección del fénix. Podía interpretar el vuelo de los cuervos, el rumbo de los peces y las ideas ciegas de los hombres, y predecía todas las cosas que sucedían después.»
Se decía que Merlín tenía contactos con las hadas, los gnomos, e incluso con los dragones; se le considera el único hombre que se ganó el respeto y la admiración de estos monstruos, no solo por su bondad y sabiduría sino por sus dotes artísticos (fue un maestro de la poesía y la literatura).
Acabó sus días en el bosque de Brocelianda (Bretaña), donde fue recluido en un árbol por su compañera Nimue, la Dama del Lago. Markale interpreta el mito de la prisión merlínica en el bosque como el símbolo de la unión cósmica entre el hombre y la naturaleza. Otras versiones mencionan que la celda en que fue recluido fue una cueva, y otras, una jaula de cristal. Según se cuenta, allí está todavía, esperando que alguien lo libere.
El fin de Merlín
Cuando Merlín era bastante anciano, conoció a una joven muy hermosa, llamada Nimue. Era hija del rey de Northumberland, y Merlín perdió la cabeza por ella. Le comenzó a enseñar encantamientos muy poderosos a cambio de que se convirtiera en su amante. Incluso le edificó un palacio en el fondo de un lago y le dio el nombre de Dama del Lago. Con el tiempo la joven Nimue empezó a temerle puesto que era hijo de un demonio, y le preguntó el hechizo para atrapar a un hombre. Merlín se lo confesó, y la joven hechicera lo aprisionó para siempre en una prisión de cristal, o según otras versiones, en una roca o en un árbol, del que Merlín no podía salir, pero ella podía entrar y salir cuando quisiera.
El Merlín histórico
Según el especialista bretón Jean Markale, Merlín es una figura polifacética que personifica diferentes arquetipos del mundo mítico celta; como el druida, el bardo, el hombre salvaje, el chamán y el profeta.
La leyenda de Merlín viene de dos fuentes históricas fundamentales: La tradición de Lailoken y la historia de Ambrosio el Niño.
Lailoken era un bardo y poeta que vivía en Strathclyde (suroeste de Escocia), y era un importante consejero del rey bretón Gwenddolau. Cuando su señor fue derrotado y muerto en la batalla de Arfderydd (actual Arthuret) en el año 574, se sumergió en la locura y abandonó la civilización. Huyó a los bosques de Celidon donde pasó tres días sollozando y allí se dedicó a profetizar en compañía de un lobo. Así relata la tradición su historia:
Lloró durante tres días y rechazó todo alimento, ¡así de grande era el dolor que le consumía! Fuera de sí, alzó su voz en el aire y tras ello, sin ser visto, huyó a los bosques. Así es como hizo su entrada en Celidon y era feliz de vivir entre los fresnos, y se asombró al ver a los animales salvajes viviendo en los claros. Bien pronto dejó de temerlos y comenzó a frecuentarlos. Se alimentaba de plantas silvestres y de sus raíces, gustaba de los frutos de los arbustos. Se convirtió en un iniciado de los bosques.
La leyenda de Lailoken fue transportada a Gales donde el personaje tomó el nombre de Myrddin. Se trata de un mito pancéltico que está presente también en Irlanda, lugar en el que los ciclos mitológicos recogen la historia del bardo Suibhne.
La otra fuente del mito lo constituye la figura de Ambrosio el Niño quien profetizó en la fortaleza de Dinas Emrys la victoria del dragón blanco (que representaba a los sajones) sobre el dragón rojo (emblema de los Pendragon y aún hoy símbolo nacional galés). Cabe aclarar que el Ambrosio histórico nada tuvo que ver con el rey Arturo, y que fue en realidad Geoffrey de Monmouth quien pone esas palabras en su boca.
La forma actual del nombre Merlín fue fijada por el cronista galés Geoffrey de Monmouth, que alteró el original galés para evitar resonancias con el francés merde (mierda).