El poder del subconsciente es enorme. Le inspira le guía y le revela los nombres, los hechos y las escenas que están guardados, “archivados” en su memoria. Su subconsciente inició los latidos de su corazón, controla la circulación de su sangre, regula la digestión, la asimilación y la eliminación. Cuando usted come pan, su subconsciente tiene también que ver con la trasmutación de este producto a tejidos, músculos, esqueleto y sangre. Este proceso va más allá de los poderes del más sabio de los hombres. Subconsciente controla los procesos vitales y las funciones de su cuerpo y tiene la respuesta para todos los problemas.

Su subconsciente nunca duerme, nunca descansa. Está siempre trabajando. Usted puede descubrir el poder de trabajo maravilloso de su subconsciente. Dígale antes de dormirse que usted quiere que se realice cierto asunto y se sorprenderá al descubrir que sus fuerzas internas empiezan a trabajar llevándole a obtener los resultados. Ahí es donde existe una fuente de poder y sabiduría colocándole a usted en contacto con la omnipotencia o el poder que mueve al mundo, que guía los planetas en su curso y que origina la salida del sol.

El subconsciente suyo es la fuente de sus ideas, de sus aspiraciones y de sus necesidades altruistas. Fue a través de su subconsciente que Shakespeare percibió las grandes verdades ocultas en el promedio del hombre de sus días. Indudablemente, ésta fue la respuesta de la mente subconsciente que inspiró y movió al escultor griego Phidias, al ejecutar en bloques de mármol y en bronce, belleza, orden, simetría y proporción. Permitió al artista italiano Rafel, pintar madonas; y a Ludwig Van Bethoven componer sinfonías.

En una conferencia en la Universidad de Yoga de Rishiashrishikesh y tuve oportunidad de conversar con un cirujano de Bombay. Él me contó acerca de un cirujano escocés que trabajó en Bengala antes del descubrimiento del éter o de los métodos modernos de anestesia. Entre 1843 y 1846 este médico realizó unas 400 operaciones, desde amputaciones, extracciones de tumores, cáncer, hasta operaciones en los ojos, oídos y garganta. Todas las operaciones fueron conducidas bajo anestesia mental solamente. Este doctor hindú me informó que la mortalidad postoperatoria de estos pacientes era extremadamente baja, ya que solo murieron de un dos a tres por ciento. Los pacientes no sintieron dolor y no ocurrieron muertes durante las operaciones. Este médico sugestionaba a la mente subconsciente de todos sus pacientes, que estaban en estado hipnótico; las heridas no se infectaban ni desarrollaban condiciones desfavorables postoperatorias. Usted debe recordar que antes de Luis Pasteur, Joseph Lister y otros habían identificado la infección como causada por virus y ya habían apuntado el origen de las enfermedades bacteriales causados por instrumentos no esterilizados y a organismos virulentos del ambiente.

Este cirujano hindú decía que la razón de la baja mortalidad y la ausencia general de la infección se redujo a un mínimo, debía indudablemente, a la sugestión que este médico ejercía sobre la mente subconsciente de sus pacientes. Ellos respondieron de acuerdo con la naturaleza de esta sugestión.

Es simplemente bello, cuando usted piensa que hace ciento setenta y siete años un cirujano descubrió los maravillosos poderes de trabajo de la mente subconsciente. ¿Podrá ser para usted una suerte, una clase muy especial de mística cuando usted por un momento se detiene y piensa en los poderes trascendentales de su mente subconsciente? Considere el fenómeno de la percepción extrasensorial, por ejemplo, la clarividencia, la independencia del tiempo y el espacio, la capacidad para no sufrir dolor, la capacidad para obtener respuesta a todos los problemas, cualquier otro fenómeno de este mismo tipo.

Todos éstos y muchos más revelan que hay un poder y una inteligencia dentro de usted que trasciende el intelecto y que causa y produce maravillas. Todas estas experiencias producen regocijo y fe en el poder de la mente del subconsciente que trabaja.