En el siglo II d. C., el Yoga-kundalini-upanishad (uno de los más de cien antiguos textos hinduistas Upanishad) menciona brevemente el nombre de los seis chakras:

  • mula-adhará (‘sostén de la raíz’), la zona entre el ano y los genitales, justo donde se apoya el cuerpo al sentarse con las piernas cruzadas.
  • sua adhisthana (‘su-propio lugar-de-estar’), la región umbilical, junto al ombligo.
  • maní-pura (‘joya-ciudad’), la punta del estómago o epigastrio, junto al bazo.
  • an-ajata (‘no-herido’ o ‘no-golpeado’), en el centro del pecho, junto al esternón.
  • vi-shudha (‘muy puro’), en la laringe, a la altura de la garganta.
  • agña-akhia (‘conocer por el entendimiento’), que se ubica en el entrecejo.

En la creencia vasraiana del budismo tibetano (a lo largo del I milenio d. C.) también se menciona a los seis chakras por sus nombres en sánscrito, y se los describe meramente como «centros de energía».

En el siglo XV, el Yoga-tattua-upanisad menciona nuevamente esta lista de seis chakras.

Los chakras en la teosofía

A fines del siglo XIX, la teosofía ―en su acercamiento al hinduismo― mostró un creciente interés por los chakras.

En la creencia teosófica tántrica, tiene importancia un libro, publicado en 1918 por el británico Arthur Avalon (sir John Woodroffe, 1865-1936), titulado The Serpent Power (El poder de la serpiente, en español), que Avalon afirmaba que era la traducción de dos textos sánscritos: el Sat-chakra-nirupana (‘apariencia de los seis chakras’) y el Padaka-pañchaka.

A fines del siglo XIX, Avalon ―pese a sus posturas preternaturalizas― suponía que los chakras se correspondían en gran medida con los plexos nerviosos. Él suponía que los chakras tienen alguna relación con las glándulas endocrinas, por lo que sostenía que la ejercitación de los chakras generaría algunas hormonas.

Algunos autores y seguidores de esta creencia consideran que estos elementos tienen existencia real (aunque «espiritual»). Mircea Eliade le llamaba «fisiología sutil», y afirmaba que los chakras son alegorías para practicar una auto hipnosis yóguica, a fin de lograr el samadhi (la ‘absorción completa’, conocida también como «enstasis», según Mircea Eliade, o «isolación», según Paul Masson-Oursel.

Localización de los siete chakras en el cuerpo humano, según la teosofía británica. Hasta el siglo XX, los hinduistas no conocían el chakra de la coronilla.

Estas ideas fueron desarrolladas por el esoterista C. W. Leadbeater, en su libro Los chakras, que se refiere a sus propias reflexiones acerca del tema. Después, escritores contemporáneos han escrito su opinión acerca de los chakras con detalles, incluyendo su apariencia y sus variadas funciones.

Los chakras se encuentran en los cuerpos sutiles del ser humano, llamados kama-rupa(‘forma del deseo’) o linga sharira (‘cuerpo simbólico’).

En la India se creía que el aire aspirado (prana) recorría el cuerpo, dándole fuerza. La función de los chakras era la de recibir, acumular y distribuir esos aires.

Los chakras se describen alineados desde la base de la columna vertebral, o, más exactamente, en un nadi central a lo largo del raquis y hasta la mollera o vértex, llamada abadhuti. En el chakra muladhara (en el perineo), yacería dormida la energía kundalini, la cual se representa mediante la imagen de una serpiente enroscada.

El propósito del yoga es despertar y elevar esta serpiente a través del canal central ‘Sushumna’ pasando por todos los chakras, hasta lograr que se una con Brahman (el Dios abstracto) en el chakra superior ‘sahasrara‘.

No seis, sino siete chakras

Los escritores de la teosofía (creencia esotérica occidental de fines del siglo XIX) consideraban que los chakras no debían ser seis sino siete. Inventaron un séptimo chakra, el sajasra-ara (‘mil-rayos [de una rueda]’), con la forma de una loto invertida, que sería invisible y se encontraría en la cabeza. Por ser el último chakra (en orden cronológico de creación), algunos lo consideraron el más importante, y otros, el menos importante.

Los siete chakras

Actualmente, se acepta que en realidad el número de chakras es mucho mayor ya que existe un chakra en cada punto donde se cruzan dos o más canales energéticos, y éstos son innumerables. Pese a ello, todo el mundo coincide en que siete son los principales, siendo los que se ubican a lo largo del eje de la columna vertebral.

  1. Muladhara. De color rojo, es el chakra raíz y se relaciona con todos los aspectos de nuestra existencia física.
  2. Svadishthana. De color naranja, es el chakra sacral y rige nuestras emociones, creatividad y placer.
  3. Manipura. De color amarillo, es el chakra del plexo solar y acoge nuestro poder personal.
  4. Anahata. De color verde, es el centro del corazón y está asociado al amor incondicional.
  5. Vishuddha. De color azul turquesa, es el chakra de la garganta y es el responsable de la comunicación.
  6. Ajna. De color azul índigo, es el tercer ojo y es el centro de la intuición.
  7. Sahasrara. De color blanco o morado, es el chakra corona y es el centro de conexión espiritual.