Según la angelología cristiana del Pseudo Dionisio Areopagita, los Principados (del griego αρχαι arjai, plural de αρχη arjē mencionados en la Epístola a los Efesios 3:10 son la séptima categoría del coro celestial, completando, junto con arcángeles y ángeles, el tercer grupo jerárquico del mismo. Manifiestan el dominio de Dios sobre la naturaleza. También llamados ángeles integradores los principados son los guardianes de las naciones y los países. Supervisan aquellos eventos que afecten a las naciones, incluyendo política, temas militares y comercio. En la iconografía bizantina se los reconoce por su atuendo militar y sus armas que incluyen lanzas o hachas, además del lirio en flor y el sello. En la Catedral de Chatres se representan en hábito sacerdotal; alba y dalmática junto con el evangeliario. En la catedral de Millán portan en su mano una peña rocosa sobre la que se yergue una fortaleza.