A través del transcurso de los siglos han llegado hasta nosotros las leyes que regulan el comportamiento del aspirante a la vida mágica para obtener la posesión del poder de la magia. Haremos un rápido resumen.

Una vez establecido que quien quiere conseguir este poder debe efectuar serios estudios bajo la dirección y guía de un maestro, se impone como primera condición al aspirante el secreto absoluto sobre todo lo que aprende y sobre todas las cosas que se relacionen con la magia, meditación, silencio y soledad, después ya puede actuar y poner en práctica las enseñanzas adquiridas.

Se ha explicado ya que se actúa sobre las cosas inanimadas y sobre los seres animados visibles e invisibles mediante tres factores: Voluntad, Ciencia y equilibrio. Por esto las ciencias decretan lo siguiente:

  1. Los ritos son para el discípulo, así como los instrumentos mágicos, la clave de toda la magia que desarrolla. Estos constituyen las ayudas más poderosas para educar la voluntad y dirigirla, para utilizar de manera apropiada la ciencia, y para generar el equilibrio que no se obtiene sin los métodos mágicos.
  2. Queriendo iniciarse en la práctica de la magia, es necesario determinar con seguridad la voluntad según los fines que se quieran  obtener con ella. El secreto del verdadero mago es querer y saber  querer; quien quiere y no sabe querer no será nunca un verdadero mago. Querer no quiere decir desear. El deseo borra a la voluntad; un deseo carente de voluntad destruye toda clase de obra mágica
  3. Ariel es el ángel de la voluntad. La fuerza más potente se halla en la voluntad del hombre que sabe lo que quiere. Hay que invocar y rezar a Ariel para obtener la fuerza. Invocar significa llamar a sí. Evocar significa llamar hacia sí. Todas las cosas llamadas vien
  4. En el universo la vida está compuesta de materias sensibles y de éter también el éter es materia. Todo es materia. Lo que produce vibraciones en la materia es la inteligencia y la voluntad activa. Ariel produce y da fuerza, pero sólo para las obras justas y a los hombres justos.
  5. Los ritos y los hechizos también ayudan para la eficacia de las invocaciones. En ellos, la acción enérgica y sensible deriva de las palabras.

La  palabra es una fuerza; el verdadero mago invoca y evoca palabras potentes. Las palabras potentes.

6.las palabras potentes son emisiones de la voluntad; algunas palabras no se pueden repetir en vano: son conocidas por poquísimos elegidos, los cuales pueden  perder sus facultades si abusan de ellas. No hablar significa no decir palabras inútiles. Al hablar, el auténtico mago de operar. El misterio de la palabra es profundísimo. Hablando de cura, se conforta, se salva a la gente; también se puede matar.

 7.Hay que estudiar  profundamente el valor de, las palabras articuladas, generadoras de sensaciones, pero hace falta saberlo traducir gráficamente. En la magia, la escritura es la clave misma de los ritos. La escritura origina los efectos o repercusión de las vibraciones en el  éter; cuenta  los signos potentes son revelados por los ángeles o demonios, sólo a los auténticos magos.

8.Someterse a la guía del maestro, pero dándose cuenta que su ciencia comunica al discípulo la fuerza, pero no la da. El maestro enseña una dirección a seguir, enseña con los símbolos y con los actos análogos, pero la verdad está más allá. Aprender es entender; entender conduce a la voluntad para obtener la fuerza.

9.Con la unión de la fuerza y voluntad se encuentra la solución del problema de la fuerza, pero no el poder de utilizarla. Invocar a Ariel observando las normas: querer sin desear, sin miedo, sin arrepentirse. Deseo, miedo y arrepentimiento son los tres pecados capitales del mal. Ellos destruyen la voluntad.

10. La justicia es la sola inspiración, se obtiene el equilibrio de la fuerza si está en el camino justo.

11. Voluntad, ciencia, justicia: faltando una de ellas, significa negación de la magia. Mantenerse siempre en los límites de la razón, que es orden, es decir, justicia; desorden es injusticia, es Satanás.

12. La fuerza carece de pasiones. La magia de las pasiones se denomina invocando a Ariel. La fuerza es virtud, es pureza.

13. Existe el bien y existe el mal. El pecado y el vicio liberan a las fueras ocultas del mal. En la magia, el bien y el mal dependen de los conocimientos y mentalidad del mago, no de los medios de los que se sirve.

Aquí parece oportuno recordar el  célebre tratado de Agripa (animado en el siglo XVI por el benedictino Trithemius  a escribir sobre temas arcanos) titulado libros de filosofía oculta. En él dan instrucciones  precisas para el mago y el operador de milagros, recomendando siempre la pureza y la dignidad; afirmando que los milagros se realizan tan sólo con la facultad del espíritu, y “si éste  es oprimido por el excesivo comercio con la carne y distraído del alma sensible del cuerpo, es indigno de ordenar a las sustancias divinas.