Conjunto de conocimientos, prácticas y técnicas que se emplean para dominar de forma mágica el curso de los acontecimientos o la voluntad de las personas.
MAGIA BLANCA
Se denomina Magia Blanca a aquellos actos de liturgia mágica cuya naturaleza, métodos u objetivos son comúnmente aceptados por la sociedad donde se producen.
Según Guy Bechte, en todos los tiempos ha habido varones y mujeres que decían tener poderes y practicar la magia. Desde sacerdotes hasta emperadores se arrogaban el titulo de MAGO. Había funcionarios estatales que trabajaban de adivinos o augures y se dedicaban a augurar quien sería el vencedor en la batalla. Eran los MAGOS. La brujería, en cambio ejercida por gente de menor nivel cultural y económico era vista como un subproducto de la magia.
La MAGIA BLANCA busca la prosperidad, la integridad, el desarrollo
Físico y mental en conexión con el espíritu, su base es la armonización de la buena voluntad humana con las fuerzas de la naturaleza.
PREPARACIÓN DEL HECHICERO
Para practicar convenientemente la hechicería debemos tener en cuenta que no estamos hablando de un sistema científico, puesto que aquí las cosas no se pueden medir o pesar y es más, al tratarse de un arte.
Al margen del sistema que el hechicero pretenda seguir para realizar una técnica siempre es recomendable someterse a una preparación mental por encima de todo, es decir: adecuar nuestro consciente e inconsciente a los mensajes subliminales que el destino ofrece y trasmitir físicamente, materialmente. Para este menester es recomendable que antes de proceder a una técnica se medite la acción durante unos minutos, dejando la mente en blanco, respirando tranquilamente, sintonizando así con el cosmos.
Una forma de efectuar lo comentado consiste en: sentarse cómodamente apoyando los brazos sobre las piernas y manteniendo las manos cerradas para evitar la fuga energética vital. Seguidamente durante unos minutos, efectuaremos una serie de respiraciones circulares, en las que el aire entrará y saldrá por la nariz de forma continua es decir cuando ya tengamos los pulmones llenos los vaciaremos suavemente y al concluir los volveremos a llenar.
Finalmente nos centraremos en otro aspecto también importante: el lugar donde procedemos a efectuar la técnica, que debe ser cómodo, tranquilo, sosegado y relajado. A este respecto la luz no debe ser ni mucha ni escasa, el ambiente deberá estar tranquilo y energéticamente armonioso y para ello podremos encender un poco de incienso o simplemente ambientarlo con esencias naturales.
En el fondo, lo ideal es que fuéramos capaces de generar un lugar de poder, una estancia en la que además de encontrarnos a gusto podamos desarrollarnos al máximo energética y espiritualmente.